3 formas de practicar la alimentación consciente

3 formas de practicar la alimentación consciente

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Prácticas de mindfulness

 

1) Deja que tu cuerpo se ponga al día con tu cerebro

Comer rápidamente cuando se está lleno e ignorar las señales del cuerpo frente a reducir la velocidad, comer y parar cuando el cuerpo dice que está lleno.

Reducir la velocidad es una de las mejores maneras de conseguir que nuestra mente y nuestro cuerpo nos comuniquen lo que realmente necesitamos para alimentarnos. En realidad, el cuerpo envía su señal de saciedad unos 20 minutos después que el cerebro, por lo que a menudo comemos en exceso de forma inconsciente. Pero, si bajamos el ritmo, podemos dar al cuerpo la oportunidad de alcanzar al cerebro y escuchar las señales para comer la cantidad adecuada. Algunas formas sencillas de reducir la velocidad pueden ser seguir muchos de los modales de tu abuela, como sentarse a comer, masticar cada bocado 25 veces (o más), dejar el tenedor entre bocado y bocado, y todos esos viejos modales que quizá no sean tan inútiles como parecían. ¿Cuáles son algunas de las formas en las que puedes ralentizar la comida y escuchar más profundamente las señales de tu cuerpo?

 

2) Conoce las señales de hambre personales de tu cuerpo

¿Respondes a un deseo emocional o a las necesidades de tu cuerpo?

A menudo escuchamos primero a nuestra mente, pero al igual que en muchas prácticas de atención plena, podríamos descubrir más sabiduría sintonizando primero con nuestro cuerpo. En lugar de limitarnos a comer cuando recibimos señales emocionales, que pueden ser diferentes para cada uno de nosotros, ya sea estrés, tristeza, frustración, soledad o incluso simplemente aburrimiento, podemos escuchar a nuestro cuerpo. ¿Te ruge el estómago, tienes poca energía o te sientes un poco mareado? Con demasiada frecuencia, comemos cuando nuestra mente nos lo pide, en lugar de hacerlo nuestro cuerpo. La verdadera alimentación consciente consiste en escuchar profundamente las señales de hambre de nuestro cuerpo. Pregúntate a ti mismo: ¿Cuáles son las señales de hambre de tu cuerpo y cuáles son los desencadenantes emocionales del hambre?

 

3) Cultivar una cocina consciente

Comer solo y al azar frente a comer con otros en momentos y lugares determinados.

Otra forma en la que comemos sin pensar es dando vueltas por los armarios, comiendo en momentos y lugares aleatorios, en lugar de pensar de forma proactiva en nuestras comidas y tentempiés. Esto nos retrasa, por un lado, pero nos impide desarrollar señales ambientales saludables sobre qué y cuánto comer, y cablea nuestros cerebros para nuevas señales para comer que no siempre son ideales. (¿realmente quieres crear el hábito de comer cada vez que te subes al coche, o en otras situaciones?) Seguro que todos picamos de vez en cuando, pero puede mejorar la salud de tu mente y de tu cuerpo, por no mencionar que ayuda mucho a tu estado de ánimo y a tu horario de sueño comer a horas y en lugares constantes. Sí, eso significa sentarse (¡en una mesa!), poner la comida en un plato o cuenco, no comerla del recipiente y utilizar utensilios, no las manos. También ayuda comer con otras personas, no sólo estás compartiendo y consiguiendo una conexión saludable, sino que también te ralentizas y puedes disfrutar más de la comida y de la conversación, y tomamos las señales de nuestro compañero de cena, no comiendo de más o de menos por emoción.

 

Tener una cocina consciente significa organizar y cuidar el espacio de la cocina para que fomente una alimentación sana y reuniones nutritivas. Piensa en lo que llevas a la cocina y en dónde guardas las cosas. ¿Hay alimentos saludables a mano? ¿Qué tipo de alimentos están a la vista? Cuando la comida está cerca, la comemos.

 

Hay muchas razones por las que comer pasas es un ejercicio tan poderoso, pero una de ellas es que cuando nos detenemos y comemos alimentos saludables como las pasas, a menudo los disfrutamos más que la historia que nos contamos sobre los alimentos saludables.

 

No es necesario planificar la comida hasta el último bocado, y es importante ser flexible, sobre todo en ocasiones especiales, pero hay que ser consciente de que se pueden cambiar los hábitos alimentarios en distintas épocas del año o para distintas ocasiones. Además, si planificas con antelación, es más probable que comas la cantidad que tu cuerpo necesita en ese momento, en lugar de dejar de comer y darte un capricho más tarde, o de comer en exceso y arrepentirte después.

 

Yoga para todos

La belleza del yoga es que no tienes que ser un yogui o una yoguini para aprovechar sus beneficios. El yoga tiene el poder de calmar la mente y fortalecer el cuerpo. No te dejes intimidar por la terminología del yoga, los estudios de yoga de lujo y las posturas complicadas. El yoga es para todos.

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