7 consejos para crear una práctica de meditación diaria

7 consejos para crear una práctica de meditación diaria

FOLLOW

Cultivando el hábito de meditar

¿Alguna vez has intentado adquirir un nuevo hábito o enseñarte a ti mismo una nueva habilidad? Seguramente te diste cuenta pronto de que la práctica diaria era la clave del éxito. Pues bien, lo mismo ocurre con la meditación.

«Es importante meditar a diario porque estás cultivando un hábito», explica Sadie Bingham, trabajadora social clínica especializada en ansiedad en Gig Harbor, Washington. Ella misma lleva mucho tiempo meditando.

«La mayoría de las personas no notan los efectos positivos de inmediato, por lo que se necesita una práctica diaria para empezar a ver los frutos del trabajo», añade.

Empezar a practicar la meditación a diario puede ser difícil, pero la mayoría de la gente descubre que es más fácil una vez que empieza a notar algunos de sus muchos beneficios.

¿Todavía tienes dudas sobre si puedes convertir la meditación en parte de tu vida? Es absolutamente posible, y estos siete consejos para el éxito pueden ayudar.

Empieza poco a poco

Aunque la meditación diaria es un gran objetivo, no es necesario que te lances a meditar 30 minutos (o más) todos los días.

Cinco minutos, tres veces a la semana

Bingham recomienda a los principiantes que empiecen con cinco minutos de meditación guiada, tres veces a la semana, y que aumenten poco a poco los minutos a medida que la meditación se convierte en una parte constante de su rutina.

Al principio, es posible que no te sientas muy atento o tranquilo. Puede que no te sientas relajado en absoluto. Pero no pasa nada. Simplemente, ponte como objetivo dedicar cinco minutos a sentarte con tus pensamientos. Siente curiosidad por ellos, pero no los fuerces.

Si nunca llegas a los 30 minutos diarios, no te preocupes: meditar incluso 10 o 15 minutos cada día ofrece beneficios.

Encuentra el momento adecuado

Verás que diferentes fuentes recomiendan diferentes horas «ideales» para meditar. Pero, en realidad, el momento ideal es aquel en el que puedes hacer que la meditación funcione.

Si intentas meditar a una hora que no se ajusta a tus horarios y responsabilidades, lo más probable es que acabes sintiéndote frustrado y desmotivado para continuar.

En lugar de eso, intenta meditar a diferentes horas para ver qué es lo que mejor te sienta. Puede ser a primera hora de la mañana, justo antes de acostarse, durante un viaje ajetreado al trabajo o durante el descanso en el trabajo.

Sea cual sea el momento que elijas, intenta mantenerlo. La constancia puede ayudar a que su nuevo hábito se convierta en una parte más de su rutina diaria.

Ponte cómodo

Seguro que has visto fotos de personas meditando sentadas en la clásica posición de loto. Pero esa posición no es cómoda para todo el mundo, y es difícil meditar si estás haciendo algo que te incomoda físicamente.

Afortunadamente, no es necesario ponerse en una posición determinada para meditar con éxito. En su lugar, simplemente ponte en una posición que puedas mantener, una que te resulte fácil y natural. Sentado en una silla, tumbado… ambas son totalmente válidas.

Si te cuesta estar sentado, prueba a meditar caminando o de pie. Algunas personas descubren que concentrarse en cada paso ayuda a avanzar en el proceso de meditación, al igual que concentrarse en la respiración.